Es la primera vez que una mujer consigue este título en la historia de esta competición, en la que se enfrentan los 24 mejores 'bartenders' de la coctelería española. Y Alfredo Pernía tenía claro al contratar a Adriana Chía el aporte que ella podría dar al equipo. “Siempre pensé que Solange era una coctelería más femenina y desde el principio sentía la necesidad de trabajar con mujeres en la barra ya que nos podían aportar cosas que muchas veces nosotros como hombres no tenemos, cierta sensibilidad o punto de vista”, explica. A partir de ahora se abre un mundo de posibilidades que apoyará y fortalecerá el camino iniciado por Solange: “Este tipo de competiciones y el hecho de que Adriana haya ganado es algo muy bueno para ella por supuesto pero también para el equipo y para Solange. Se nos presentan tres meses de un crecimiento brutal para ella y por ende para nosotros; nos va a aportar ideas nuevas, visiones nuevas”, indica Pernía.

Por su parte Adriana Chía, con 4 años de experiencia en el mundo de la hostelería, logró sorprender al jurado con su cóctel Mayahuel en la semifinal de Barcelona, una receta elaborada con tequila Don Julio, calabaza aromatizada y elixir azteca. Y en Madrid en la final se destacó entre los 24 finalistas nacionales con dos impecables exhibiciones; una de rapidez, elegancia y estilo con el Speed Challenge donde debía elaborar 6 cócteles en menos de 8 minutos, y en la prueba súmmum del torneo llamado The Sensorium Castle Challenge en el que debía impactar al jurado recreando un servicio en un castillo escocés de 1900 donde intervinieran todos los sentidos.Adriana ha pasado por varios locales y si bien comenzó como muchos para apoyar sus estudios (de Diseño Gráfico), finalmente terminó quedándose detrás de la barra y muy segura de que por allí está su camino. “Lo más importante no es el cóctel sino la persona que te lo sirve, algo que me han inculcado muy bien Alfredo y Miguel y que también creo. Que te hagan sentir a gusto, que te hagan reir, que haga que vuelvas. Crear una atmósfera perfecta entre el cliente y el bartender, que sea algo especial”, concluye.